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“Theremin en América Latina” Entrevista con Veronik (Perú)

 


Véronique Ginette Miró Quesada Meguerditchian (Lima, 1979) más conocida como Veronik, es cantante y compositora franco- peruana, y también la principal exponente del theremin en el Perú.


¿Verónik,cuándo llegó el theremin a su país? ¿Quién conoce antes que usted en su país, que se interesara por el instrumento de alguna forma o ya lo tocara o integrara a un proyecto propio? 

No tengo idea de cuándo llegó el theremin al Perú por primera vez. La verdad es que el tema es materia de investigación. Es posible, como quisiera pensarlo a veces, que exista algún theremin RCA oculto en alguna casa antigua, dada la cantidad de guitarras clásicas e instrumentos electrónicos legendarios que han reaparecido tras años de olvido, y nos dejan reflexionando sobre toda la historia y odisea por la que necesariamente tuvieron que pasar antes de poder alcanzar su destino final.

Yo, por ejemplo, hace poco conseguí en Lima una guitarra soviética, de la época de la Guerra Fría. No descartaría entonces que haya algún theremin antiguo escondido por ahí en un desván… Pero bueno, hablando en términos más concretos, durante todos los años que tengo tocando el theremin (desde 2008) he podido saber de varios músicos que tienen o han tenido uno entre su colección de instrumentos. Sin embargo, no existe un registro conocido de thereministas, ni de músicos que se hayan dedicado a trabajar específica y directamente con el theremin en sus propuestas.

Ahora bien, desde que yo empecé a tocar, la cosa ha cambiado. Ya hay varios solistas y bandas que incluyen un theremin en sus presentaciones en vivo. Lo que no he visto son solistas del theremin. Por ello estoy personalmente trabajando en dar a conocer el instrumento, para que más gente descubra su enorme capacidad expresiva y melódica, y se anime a aprender a tocarlo como instrumento principal.

¿Cómo supo sobre la existencia del Theremin? ¿Cuándo decide aprenderlo y cuáles fueron sus primeros referentes o guías para su estudio?

Durante varios años, el theremin fue para mí como una leyenda urbana. Amigos músicos me habían explicado acerca de un instrumento electrónico que tenía una antena alrededor de la cual uno se movía, y entonces se producía un característico sonido de ciencia-ficción o película de terror que todos hemos oído alguna vez. Aprendí rápidamente a reconocerlo en grabaciones, y me intrigaba muchísimo ver uno en acción. Hasta ese entonces, mis únicos referentes eran los arreglos musicales memorables de temas como “Good vibrations”, “I wasn’t made for this times” de los Beach Boys (luego descubrí que estos arreglos fueron ejecutados en realidad con un Tannerin) y por supuesto “Velouria” de Pixies, y “Mysterons” de Portishead. Sin embargo, fue sólo en el año 2008 que comprendí realmente de qué iba este instrumento y todo cambió para mí. Un amigo me prestó el documental “Theremin, an electronic Odissey” de Steve Martin, y apenas vi a Clara Rockmore tocando me quedé impactada. Puedo decir que hubo un instante que me cambió la vida por completo. Quedé absolutamente impresionada al ver a esta mujer tocar, a la vez que me tardé unos segundos en comprender qué era lo que estaba sucediendo mientras movía sus dedos con una precisión irreal. Me pareció una genialidad de instrumento, y tuve de pronto la necesidad imperiosa de conseguirme uno a toda costa, para aprender a tocarlo lo antes posible. ¿Cuál instrumento sería mejor comprar? ¿Qué tan caro sería? ¿Qué modelos habría? Esas y miles de preguntas más iban apareciendo y me dediqué a investigarlo todo frenéticamente, y así, al cabo de una semana, tomé la decisión de comprarme un Etherwave Standard de Moog, mi primer theremin que conservo hasta el día de hoy, y que conseguí por Ebay, porque en Lima era imposible conseguirlo en alguna tienda. Sacarlo de la aduana fue un infierno por el que tuve que pasar: tuve que pagar como la mitad de su valor mientras veía cómo abrían la caja delante de mí para revisar su contenido. Fue horrible, pero al menos ya lo tenía conmigo. Era el inicio de una emocionante aventura, tan intensa como accidentada, que se abría ante mí a partir de entonces.

Mis primeros pasos fueron mayormente empíricos, guiados por algunos pocos videos para principiantes que pude encontrar en Youtube, y algunos métodos de theremin como el de Clara Rockmore, el español Víctor Estrada, y por supuesto Carolina Eyck, a quien tendría como maestra más adelante. Estos tutoriales, a la par con mi criterio y creatividad musical (ya tocaba varios instrumentos) me ayudaron a empezar y a elaborar una técnica personal que me sirvió mal que bien durante algunos años, durante los cuales varias bandas, colectivos y artistas me llamaron para colaboraciones, grabaciones, arreglos en donde aprendía mucho, en particular improvisando, cosa que no solía hacer mucho con la guitarra o el canto, que era de dónde venía yo. Gracias al theremin pude trabajar con músicos de estilos muy diversos, lo cual me ayudó mucho a entender este nuevo instrumento. En cuanto a mis thereministas de referencia, me motivó mucho el trabajo de Pamelia Stickney y Lydia Kavina desde un inicio: versátiles, expresivas y con el afán de llevar el instrumento hacia otro nivel.

¿Con cuales obras comenzó a aprender a tocar el instrumento y porque esas piezas en específico?

La verdad, mis inicios fueron sin ningún método específico. El primer día que conecté mi Etherwave a mi amplificador Marshall de guitarra, me dije: vamos a intentar tocar una melodía simple, como “Cumpleaños feliz”, y me di cuenta de inmediato que todo era muy resbaladizo, y que hasta lo más fácil en cualquier otro instrumento se me hacía complicadísimo de dominar en éste, porque todo se movía: bastaba con respirar o enfrentarse al balanceo natural del cuerpo y la nota desafinaba con una facilidad increíble, lo cual por momentos resultaba muy frustrante. Me sentí igual que la primera vez que intenté patinar sobre hielo con la pista mojada. Así de inestable se sentía intentar tocar una melodía. Sostener cada nota sin desafinar era un reto de por sí, y comprendí que era un asunto de oído, por supuesto, pero también de memoria muscular, control del cuerpo, postura, respiración y sobre todo que involucra muchísima práctica, paciencia y voluntad. De “Cumpleaños feliz” pasé a improvisar un poco sobre música en general, y luego, al cabo de apenas un mes, me invitaron a tocar en vivo con Los Protones, una banda de surf rock que iba presentando su primer disco y tenía esta estética retro de Serie B que se asociaba muy bien al sonido del theremin. Por más que explotara el famoso cliché de instrumento terrorífico, acepté el reto de tocar en vivo como invitada de la banda y producir arreglos propios, conforme a lo que mis avances técnicos me permitían lograr.

Progresivamente, fueron sucediendo más cosas como ésta, en donde utilizaba el theremin para improvisar y hacer arreglos para otros proyectos. Los dos primeros años me dediqué a tocar y aceptar invitaciones de bandas, colectivos, solistas, productores musicales que deseaban incluir un theremin en sus propuestas. Digamos que se abrió un nuevo camino en donde aprendí muchísimo del modo empírico, con ensayo y error, dado que no tenía a nadie que me pudiera formar musicalmente con este instrumento.

Esto, sin embargo, me dio la oportunidad de aprender algo nuevo y especializarme, descubriendo nuevas técnicas y maneras de encajar en las músicas más diversas: formé parte de LiPiBrePe, un ensamble de música contemporánea e improvisación libre codirigido por el renombrado clarinetista Marco Antonio Mazzini y el compositor Sadiel Cuentas, pero también llegué a tocar con el famoso grupo de cumbia amazónica Los Mirlos. En cuanto a mi propia música, incluí el theremin como arreglos en dos canciones de mi primer disco de rock “Veronik y los Gatos Electricos” (2011), pero mi primera pieza que compuse para theremin fue un tema titulado “Carne humana para las masas” (2010) que fue incluido en uno de los discos de Matus, banda psicodélica que integro desde 2008.

La primera pieza que me puse a estudiar seriamente fue “Veronik” obra para theremin y orquesta compuesta por Carlos Alberto Cárdenas especialmente para mí, y que estrenamos en marzo 2016 junto a la sinfónica juvenil del programa Orquestando, dirigida por el maestro Wilfredo Tarazona. Ésta fue también mi primera experiencia con una orquesta, y me hizo crecer mucho como thereminista.

Un año después lancé mi álbum “Anómala” (2017) que es mi primer trabajo de composiciones propias para theremin solista, que oscilan desde el rock progresivo hasta la electrónica experimental.

Recién hace un par de años vengo trabajando covers, o mejor dicho adaptaciones de canciones de los estilos más diversos, pero más como un ejercicio de investigación para mostrar al público en general las posibilidades melódicas y expresivas de este instrumento, que es mucho más que un generador de efectos sonoros locos.

Para usted ¿cuáles fueron las principales dificultades con el instrumento?

Lo que más recuerdo es aquella sensación de inestabilidad, la dificultad para sostener un sonido sin que se moviera, enfrentándome a lo maravilloso y retador de un dispositivo electrónico analógico y a la vez microtonal. Es una belleza orgánica, muy similar al respeto que inspiran las fuerzas de la naturaleza. Conectarse por primera vez a un Etherwave (con el Theremini es un poquito distinto) puede ser tan retador como domar un caballo. Lograr dominar la postura, respiración y controlar el movimiento constante del cuerpo a favor de la música o melodía es sin duda la dificultad más grande. Creo que gran parte de la dificultad en el theremin tiene que ver con agilidad en el movimiento, con saber detenerse a tiempo y en manejar la velocidad de un movimiento a otro de manera natural y orgánica, que se sienta cómodo, casi sencillo afinar las notas y formar melodías. Sin embargo, luego de eso, hay que transmitir emoción. Y al sumar esto último a lo anterior, la cosa se convierte en un reto muy grande.

¿Cómo obtuvo su theremin y con cual modelo comenzó a estudiar? ¿Tiene ese mismo instrumento en la actualidad?

Luego de ver la famosa escena de Clara Rockmore tocando en el documental, me pasé una semana investigando en internet absolutamente todo lo que se pudiera acerca de este instrumento. Era la época de Myspace, y si bien no ubiqué a muchos artistas thereministas, sí pude acceder a algunos nombres prestigiosos como Carolina Eyck, de quien sabía que siendo muy joven ya había escrito un método para theremin, Lydia Kavina, que me llamó la atención no sólo por haber aprendido a tocar con el mismísimo Leon Theremin, sino que había grabado la banda sonora de la película Ed Wood. También conocí el trabajo de Pamelia Stickney, quien me impresionó por su enfoque más contemporáneo y lúdico del instrumento. Todo esto me motivó bastante para aprender a tocar e imaginar qué tipo de thereminista me gustaría llegar a ser. Entonces, encontré que el modelo más confiable y con mejor relación calidad- precio para aprender a tocar y que pudiera acompañarme durante buena parte de mi camino era el Etherwave Standard de Moog. Me las ingenié para comprarlo por Ebay desde Estados Unidos, y llegó un mes después a Lima, donde fue una experiencia muy desagradable, casi traumática, desaduanarlo.

Pero este mismo instrumento me acompañó en mil aventuras, errores, desastres, pero también logros. De hecho, pese a poseer varios theremines, lo sigo teniendo hasta el día de hoy y es mi favorito: lo he mejorado con el módulo ESPE01 de Thierry Frenkel, además de añadirle un led de encendido y un switch de stand by.

¿Qué es lo que más le atrae del instrumento y que le causa mayor dificultad?

Sin duda lo que me fascina es aquella sensación de amaestrar a un animal que me da el estudio de este instrumento. Su lado orgánico es quizás lo que lo hace bello y a la vez esquivo. Considero que el arte del control de los movimientos y de conseguir agilidad y delicadeza sin referente visual alguno es probablemente algo muy propio del theremin y algo que lo hace muy peculiar y atractivo.

¿Se dedica a difundir el instrumento y su estudio en su país o región? ¿Cómo lo hace?

Efectivamente, procuro a través de mi página de artista y del grupo “Theremin en el Perú” que administro en Facebook dar a conocer mi trabajo en torno al instrumento, así como ofrecer talleres y clases a la gente interesada en aprender. Tengo como idea el ir más allá de la sorpresa habitual que se produce al ver un theremin en acción por primera vez, interpretando melodías conocidas con las cuales el público en general pueda acercarse. Intento centrar mi trabajo de difusión por ese lado, y no tanto por los efectos sonoros de corte inquietante o terrorífico a la hora de mostrar el theremin a nuevos públicos. Mi intención es alejarme del cliché del theremin como objeto loco o extraño, y mostrar un instrumento musical real, serio, y con grandes posibilidades expresivas. Siento que es mi deber darle ese lugar en el mundo de la música popular, porque a lo largo de los años he desarrollado un profundo respeto por este instrumento. Cada paso que doy, cada pequeño reto que logro vencer me demuestra lo lejos que estoy de las mil cosas que se pueden lograr con más tiempo, práctica y empeño. Quiero transmitir ese amor y respeto musical a la hora de darlo a conocer a la gente por primera vez.

¿Conoce cómo llegó el Theremin a América Latina? ¿Qué referencias tiene?

La verdad no tengo ni la menor idea de cuál habrá sido su recorrido. Obviamente, me interesaría investigar sobre ello, pero es algo que no he hecho por ahora. Sólo tengo registro de colegas thereministas que desarrollan su carrera y trabajan en el theremin desde sus propias localidades y perspectivas. Es algo muy interesante.

¿Quién o quiénes fueron los primeros en estudiarlo y difundirlo en esta región?

No lo sé. Lo que sí puedo decir en cambio, es acerca de los thereministas de quienes supe al cabo de mis primeros años con el instrumento, algunos de los cuales llegué a conocer personalmente: Ernesto Mendoza en México, Agnes Paz, Cristian Torres, Romina Tironi y Pavel Cueto en Chile, Ismael Ozon de Theremin Argentina, por citar a algunos.

¿Qué técnica o forma de tocar seguía este interprete o ellos si fueran más de uno?

Tuve la oportunidad de conversar con Ernesto un par de veces y me comentó que él seguía de cerca la técnica de Randy George, quien es además un buen amigo suyo. Por el lado de Chile, a la mayoría de intérpretes los conocí en el segunda edición del Festival Internacional de Theremin Electromagnetica, y luego en mi primera Academia de Theremin con Carolina Eyck, y he podido observar que la mayoría han sido influenciados en primera instancia por Clara Rockmore, seguida de la técnica de 8 posiciones desarrollada por Carolina, gracias a la cual hemos podido compartir conocimientos musicales y crecer muchísimo como thereministas.

¿Actualmente en su país realiza presentaciones con Theremin? Comente de que formas trabaja con él (solo, con bandas, orquestas, electrónica, performance, otros, etc)

Generalmente mi trabajo con el theremin consiste en brindar talleres de iniciación, clases particulares y presentaciones en vivo, las cuales pueden ser conciertos como solista (con banda o en formato unipersonal) donde interpreto mis propias composiciones, o algunas veces colaboraciones con alguna otra banda o artista donde aparezco como músico invitado. Los estilos pueden ser de lo más variados: desde rock psicodélico hasta techno, house, de la cumbia hasta la música académica.

También he sido muchas veces invitada a tocar en performances e integrar proyectos de improvisación colectiva.

Para abordar su trabajo, ¿cuáles son los principales referentes que sigue? (musicales y a otros thereministas, etc)

Como soy cantautora, mi enfoque personal es integrar el theremin a mi música como una voz adicional, que se complemente de alguna manera con la mía. Admiro mucho a músicos versátiles, osados y con mucha actitud, como David Bowie por ejemplo. Como músico de rock, si tuviera que hacer un paralelo entre el theremin y la guitarra eléctrica, me gustaría ser como Jimi Hendrix. Me agrada el nuevo uso que le dio a su instrumento, cómo lo hizo parte de sí, y me gustaría hacer algo así con el theremin. En cuanto a thereministas, me identifico más con la forma de trabajo de Pamelia Stickney, pese a que utilizo una técnica basada en la de Carolina Eyck.

Me gusta la idea de sacar al theremin de esta polaridad entre experimentación sonora y música académica, para llevarlo a lucirse más como protagonista en el rock y la canción popular.

¿Se dedica a la enseñanza del Theremin en su país o en algún otro? ¿Cómo lo hace? (metodología, técnicas, medios o materiales que utiliza)

Sí, yo empecé a enseñar porque al parecer durante mis primeros años tocando el theremin yo era la única que se dedicaba a ello de forma constante y dedicada, y fui adquiriendo cierta práctica y experiencia.

Varias personas me pidieron clases: la mayoría de las veces, ya tenían su propio instrumento, y me ha sorprendido la cantidad y variedad de personas que han venido a buscarme por ese motivo durante los últimos cinco años. Hoy en día veo más personas interesadas en aprender a tocar el theremin, y más proyectos musicales en donde aparece uno en escena.

En cuanto a mi método, se caracteriza por ser personalizado. Me gusta mucho enseñar y me interesa generar motivación en el alumno, que respete el instrumento y aprenda a quererlo y dedicarle tiempo y esmero al aprendizaje, así que procuro conocerlo e indago bastante sobre su background personal, gustos musicales y habilidades artísticas. Mi método se basa en desarrollar el oído musical y establecer bases de teoría musical conforme se avanza en la práctica melódica. Me baso en mi propia experiencia para detectar y evitar errores comunes que pueden ser muy nefastos durante los primeros meses de estudio, y utilizo mucho la imaginación para crear referentes que el alumno pueda percibir a la hora de trabajar con movimiento sin ningún referente visual.

De hecho, el trabajo del oído musical es al menos el cincuenta por ciento de lo que se requiere para poder tocar este instrumento.

¿Dedica alguna parte de su tiempo de difundir el instrumento a través de conciertos, festivales, clases, cursos, charlas, entrevistas, libros, plataformas de internet, etc?

Realizo una labor de difusión a través de clases abiertas, talleres grupales de iniciación al theremin en espacios culturales y también clases particulares para quienes lo desean. Además de esto, ofrezco con cierta frecuencia entrevistas y charlas sobre el tema. A través del grupo “Theremin en el Perú” en Facebook intento establecer una pequeña base de datos y comunidad de personas que estén ligadas o interesadas en el theremin en mi país.

¿Conoce a alguien en la región de América Latina que se dedique total o parcialmente a difundir el instrumento? ¿Quién/quienes y de qué forma lo hacen? ¿Con que frecuencia?

Ernesto Mendoza en México: ofrece conciertos y talleres en México DF.

Cristian Torres, Romina Tironi en Chile: hace poco acaban de formar el colectivo Theremin 100 Chile, con el que buscan promover la cultura del theremin en la región Sur, y por supuesto Agnes Paz, quien es directora y fundadora del Festival Internacional de Theremin Electromagnética, que es actualmente el único festival internacional de theremin que se mantiene en actividad .

¿Cuántas escuelas, academias o centros de estudios del theremin conoce en América Latina?

Solo conozco a personas que enseñan, mas no academias, ni escuelas, ni centros de estudios dedicados a ello.

¿Quién considera sea el principal maestro de theremin vivo, teniendo en cuenta la técnica desarrollada, así como el trabajo pedagógico y artístico, hasta la fecha?

Creo que los principales maestros de theremin en la actualidad son Lydia Kavina y Carolina Eyck.

Ambas han estudiado el theremin desde temprana edad y han contribuido a difundirlo entre un público más masivo. Destaco el trabajo de Carolina por haber creado un método de digitación que personalmente me cambió la vida. Es un enfoque muy preciso que te permite visualizar y sistematizar los movimientos de los dedos en conjunción con la escala y los grados armónicos. Este método es muy preciso y funcional, por lo que lo recomiendo mucho al momento de querer establecer una base sólida en digitación aérea.

Mencione los materiales que considere “serios” sobre Theremin, ya sean estos documentales, películas, libros, revistas, boletines, páginas web, podcast.

El documental “Theremin, an electronic odissey” (Steve Martin, 1993) es una pieza hermosa, imprescindible, que nos acerca a la belleza del instrumento y a la increíble historia de su inventor, Leon Theremin, y su impacto en la música de una forma muy emotiva.

En cuanto a libros, recomiendo los métodos de estudio escritos por Clara Rockmore, Carolina Eyck, Víctor Estrada.

En cuanto a labor de difusión, aprecio mucho el trabajo de plataformas como Festival Electromagnética y la página Theremin Today, dirigida por Peter Theremin, sobrino- nieto de Leon Theremin y activo difusor del theremin a través de este portal y la Russia Theremin School.

The New York Theremin Society hace lo propio desde Estados Unidos; por su parte, Thierry Frenkel ofrece cada año la Theremin Academy en Colmar, Francia, donde da clases intensivas de theremin en conjunto con thereministas invitados.

Desde Suiza, Coralie Ehinger trabaja por su parte en difundir el theremin desde el festival internacional N/O/D/E, enfocado en instrumentos electrónicos de vanguardia.

El podcast “Theremin 30” dirigido desde Estados Unidos por Rick Reid es también, de un tiempo a esta parte, una ventana interesante para oír más sobre el theremin actual.

Finalmente, el disco recopilatorio “Theremin 100” que se lanzó este año por el centenario de creación del instrumento, es una exquisita colección de obras propias en diversos formatos (vinilo, CD y digital) que busca mostrar calidad, originalidad y variedad en la escena mundial del theremin cien años después de su creación.

¿Considera importante el estudio del Theremin hoy día? ¿Por qué?

Yo creo que el estudio del theremin es tan importante como el de cualquier otro instrumento. Por más que se trate de un instrumento joven que apenas ha cumplido 100 años, a lo largo de muchas décadas se ha establecido un prejuicio que no le hace justicia a sus enormes posibilidades musicales y expresivas: mucha gente cree que se trata de un instrumento muy pobre y sencillo de tocar, cuya principal función es la de crear ruidos y efectos sonoros- por lo general inquietantes o terroríficos- lo cual dista muchísimo de su propósito original.

¿Considera importante se continúen creado escuelas del instrumento alrededor del mundo? ¿Por qué?

Pienso que muchos músicos thereministas tenemos el compromiso de difundir y compartir nuestros conocimientos musicales y técnicos con nuestro instrumento desde el respeto y el amor que le tenemos y según nuestra experiencia e historia con él. A partir de este esfuerzo de crear escuela y reforzar las bases para su estudio a partir de las diversas técnicas de ejecución que existen, se podrán formar los futuros thereministas, quienes a su vez también tendrán la oportunidad de crear nuevos estilos y por supuesto nuevas técnicas de ejecución.

Todo esto sólo puede hacer posicionarse al theremin como el instrumento serio que es, y con suerte hacerse más conocido e incluso masivo, con miras a afianzarse en el contexto de las músicas actuales, demostrando que su uso puede ser tan importante como el del sintetizador, siempre y cuando existan los intérpretes que lo hagan trascender.

En condiciones óptimas ¿Cómo considera debería ser la enseñanza del Theremin?

Lo óptimo sería que existan escuelas en cada región o continente, para que el idioma no sea una barrera y todos los interesados en aprender puedan tener acceso a una enseñanza consistente. Si bien la mayoría de thereministas del mundo se conocen o están conectados de alguna forma mediante las redes sociales, pienso que sería bueno crear un listado oficial de instrumentistas que se dediquen a la difusión y enseñanza del instrumento, no solamente según su ubicación o idioma, sino también según estilos y enfoques de enseñanza: por ejemplo, existen thereministas que trabajan con la técnica de 8 posiciones desarrollada por la alemana Carolina Eyck (en donde se toca sentado en un banquillo), otros que siguen el legado de Clara Rockmore, algunos más enfocados al repertorio clásico, y otros que como yo, pese a tener bases clásicas, se dedican a explorar las posibilidades melódicas del theremin en el contexto del rock, la canción y las músicas actuales, buscando la masificación del uso de este instrumento, siempre desde el respeto al diseño e intenciones originales de su creador Leon Theremin.

¿Dónde piensa ud, podría estar la diferencia entre una escuela de Theremin de Europa con una de América Latina?

La primera diferencia estaría en el idioma, ya que en Europa hay mucha diversidad de lenguajes, y en cambio en la región Latinoamérica predomina el español. Fuera de eso, creo que la personalidad e idiosincrasia de los docentes es lo que podría distinguir las propuestas y estilos de enseñanza, y quizás eso sea un punto interesante a cultivar. 
En mi caso, opto por una enseñanza más flexible y personalizada: me gusta aplicar los conocimientos técnicos y teóricos al servicio de los intereses y motivaciones de cada alumno, de manera a que se enamore del instrumento, y de este modo tenga el ímpetu y perseverancia necesarios para no abandonar la tarea de estudiar, practicar con constancia y no desanimarse ante cada obstáculo o dificultad que pueda aparecer en camino.

Mi objetivo es que cada persona pueda acceder al instrumento y a la información correcta, y con una adecuada guía y enseñanza, tenga las mejores posibilidades para crecer y crear una relación a largo plazo con el theremin.

Solo así veremos una evolución real de este instrumento en el contexto de la música actual, y no quede cautivo entre la élite de músicos académicos y la experimentación sonora, lo cual a veces contribuye a dificultar su masificación.

De las escuelas y academias de la actualidad, ¿cuál considera la mejor lograda a sus fines y por qué?

No conozco muchas escuelas de theremin, más bien academias y profesores como la Academia de Colmar, que cada verano se abre en el este de Francia, dirigida por Thierry Frenkel, quien suele invitar a renombrados thereministas afines a su visión académica de ejecución, como Carolina Eyck y Thorwald Jorgensen .

Otro ejemplo es el de Lydia Kavina, quien brinda periódicamente talleres en la ciudad de Oxford, Inglaterra, junto a otros thereministas, como Charlie Draper.

Ernesto Mendoza brinda talleres de theremin en la Ciudad de México, mientras que en Chile Agnes Paz, desde su plataforma Festival Electromagnética, organiza variedad de actividades relacionadas al instrumento, entre las cuales las Academias Internacionales con destacados profesores invitados desde varios países.

Pienso que la única escuela de theremin activa en la actualidad es la Russian Theremin School, dirigida por Masha y Peter Theremin, herederos directos del profesor Leon Theremin, y la de Masami Takeuchi en Japón, quien también estudió el instrumento durante varios años en Rusia antes de armar su famoso ensamble de theremines y difundir el instrumento en su país con bastante buena acogida. No podría decir cuál es la mejor, pero celebro la variedad y sobre todo la constancia y el afán por mantener el interés y la actividad musical en torno a este instrumento, que es lo que se necesita para lograr su integración y aceptación global dentro de sus reales capacidades musicales.

¿Qué repertorios considera aún faltan por incorporarse o profundizarse en la literatura del Theremin?

Existen muchísimos campos aún por explorar: músicas del mundo, folklore, pero también se podría aprovechar más su uso en géneros más populares como el pop, el blues y el jazz, por citar algunos.

¿Qué combinaciones de instrumentos conoce, en los que aún no se incluye el theremin?

Esta pregunta tiene tantas respuestas como infinidad de formatos, ensambles y combinaciones musicales existen. Jamás he visto un theremin en una orquesta de salsa; mucho menos en un ensamble de Mariachis, sin embargo he llegado a tocar junto a Los Mirlos, que es un famoso grupo de cumbia amazónica. Sin embargo, esto es un dato anecdótico, y la verdad es que la inclusión de un instrumento en un tipo de formación musical tiene mucho que ver con el contexto musical, la creatividad de los músicos y también de que la oportunidad de juntarse se presente.

¿Cuál, de este siglo, es su compositor preferido de música para Theremin y por qué?

Entre los que he oído componer específicamente para el theremin, diría Bernard Herrmann.

¿Qué obra para theremin de nuestro siglo considera la mejor escrita y por qué?

“The day the Earth stood still”, que es el soundtrack de la película del mismo nombre. Me parece que el uso del timbre inquietante del theremin se utiliza de manera efectiva en el contexto audiovisual de la película, pero que a la vez es una composición que exige cierto dominio técnico y expresivo del theremin, conociendo sus características musicales de tal modo que se logra demarcar su timbre del de cualquier otro instrumento presente en la orquesta.

¿Qué Festival, proyecto o plataforma actual, es la más representativa en la comunidad del theremin en la región y por qué?

Me parece que la plataforma más activa y completa es el Festival Electromagnética en Chile, dirigido por Agnes Paz: ésta abarca el festival propiamente dicho que se realiza cada dos años con conciertos de thereministas internacionales delos más variados estilos musicales, pero que ofrece también talleres, conferencias, proyecciones, charlas y por supuesto la Academia Internacional de theremin, en la que pude tomar clases en tres oportunidades.

¿Qué iniciativas cree que aún faltan por abordar o potenciar en el mundo que podrían desarrollar el instrumento, su repertorio y su estudio?

Creo que hace falta buenos instrumentos para aprender a tocar, que sean estables y no tan costosos para un principiante, y que tengan un buen diseño que incluya dos antenas y un registro lineal de por lo menos tres octavas. Si tuviéramos más opciones de theremines bien diseñados por un precio accesible, sería más fácil animarse por aprender a tocarlo. En la actualidad, fuera de los modelos comercializados por Moog, solo existen opciones muy básicas de características muy pobres para su estudio, o bien modelos custom, lo cual encarece mucho la inversión del primer instrumento, y tiene un impacto negativo en el nicho de personas interesadas en estudiar el theremin.

Estoy segura de que tendríamos muchos más estudiantes o thereministas autodidactas en el mundo si existiera una opción de primer instrumento que sea económicamente más accesible y a la vez confiable y con un buen timbre.

¿En cuales manifestaciones artísticas piensa aún no se conoce el theremin, donde éste pudiera ser aprovechado y resignificado? ¿Qué piensa podría aportar este a ese medio artístico?

Personalmente creo que el theremin podría masificarse o darse a conocer en gran variedad de medios y que sólo la creatividad es el límite. Medios como el cine, la televisión, el teatro y las artes escénicas podrían perfectamente beneficiarse de su personalidad única así como de su timbre maravilloso.

Depende una vez más de que haya una variedad de intérpretes con inquietudes y habilidades únicas, y por otro lado de que esto mismo se traduzca en un nuevo interés por gente como organizadores de eventos, promotores de espectáculos, productores musicales, audiovisuales o directores de cine, que puedan verse interesados o atraídos por incluirlo de alguna u otra forma en sus propuestas artísticas.

¿Cómo ve en el futuro, al theremin en el mundo de la música ?

Yo pienso que estamos en una época en donde muy probablemente el theremin tenga más posibilidades de darse a conocer gracias a los medios digitales como las redes sociales. Hoy en día es posible encontrar mucha información gracias a Facebook o Youtube, e incluso conseguir instrumentos a través de tiendas digitales cono Amazon o Ebay. Estos son aspectos que debemos aprovechar si queremos lograr que este bello instrumento siga evolucionando.

¿Puede mencionar musicólogos, críticos, escritores, editores o curadores qué se interesen y realicen estudios y publicaciones sobre el Theremin? Menciónelos.

Personalmente, no conozco a ninguno.

Si León Theremin aun viviera, ¿qué piensa diría sobre el escenario actual del theremin?

Creo que Leon Theremin estaría fascinado por la gran variedad de propuestas y contextos musicales que existen en la actualidad, más que criticar el uso no dogmático de su creación. Estoy convencida de que sabría distinguir entre un instrumentista hábil y creativo de uno que se contenta con ser efectista y jugar con la inmediatez y el efecto sorpresa frente a un público incauto. Y esto es una constante en el arte, es algo que siempre ha existido.

Mientras existan artistas que busquen llegar más allá y conmover al público, pienso que seguiremos en el camino correcto y creo que ése es el mejor homenaje que podríamos ofrecerle.

 


Comentarios

  1. Exelente entrevista y con mucha información sobre el tema.

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  2. Muy feliz de conocer mas sobre la interesante visión de esta joven,inteligente y talentosa mujer y su trabajo y experimentaciones con el theremin.Muchas gracias Veronik!!!

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